Preparación

Combine el azúcar y la leche en una cacerola mediana. Colocar a fuego medio y llevar a fuego lento, revolviendo para disolver el azúcar. Revolviendo constantemente, agregue gradualmente la sémola y una pizca de sal y cocine por 3 minutos hasta que la mezcla espese. Agregue 1 cucharada de mantequilla y el extracto de vainilla y revuelva para combinar. Vierta la mezcla en un bol, cubra la superficie con papel de horno y deje enfriar por completo.
Precalentar el horno a 200ºC.
Derretir la mantequilla restante y reservar. Desenrolle la masa filo y colóquela entre dos paños de cocina limpios sobre la mesa. Unte con mantequilla un molde redondo de 21 cm de lado bajo. Unte una hoja de filo con mantequilla y colóquela en la lata con los bordes sobresaliendo. Repita con otras 9 hojas cambiando ligeramente el ángulo cada vez que coloque el filo en la lata (esto crea un borde uniforme de filo alrededor de la lata). Coloque la crema pastelera de sémola uniformemente sobre el filo. Recorta 10 hojas de filo en un cuadrado lo suficientemente grande como para cubrir la superficie de la lata. Unte cada hoja con mantequilla y airee las hojas sobre las natillas para cubrir la superficie. Dobla los bordes sobresalientes hacia el centro y unta con mantequilla. Coloca el molde en el horno y hornea durante 25 minutos hasta que esté dorado.
Deje enfriar durante 10 minutos. Combine el azúcar glas y la canela y espolvoree generosamente la superficie antes de cortar en rodajas.
Sirva caliente.

Ingredientes

  • 375 g de masa filo fresca
  • 110 g (½ taza) de azúcar en polvo
  • 90 g (½ taza) de sémola fina
  • pizca de sal
  • 1 cucharada de mantequilla sin sal
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 750 ml (3 tazas) de leche
  • 120 g de mantequilla sin sal
  • 3 cucharadas de azúcar glas para espolvorear
  • 1 cucharadita de canela en polvo