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Liliesleaf Farm en el norte de Johannesburgo, Sudáfrica, fue la granja utilizada en secreto por los activistas del Congreso Nacional Africano en la década de 1960 y fue el lugar donde fueron arrestados muchos líderes prominentes del Congreso Nacional Africano, lo que llevó al juicio de Rivonia. Hoy en día, Liliesleaf Farm es un museo y un sitio del patrimonio mundialmente famoso, que atrae a muchos visitantes anualmente y está clasificado como uno de los mejores sitios de "cosas que hacer en Johannesburgo".



En 1961, Arthur Goldreich y Harold Wolpe compraron la granja Lilliesleaf en Rivonia como sede del Partido Comunista clandestino y casa segura para fugitivos políticos. La compra se realizó con fondos del Partido Comunista de Sudáfrica. Nelson Mandela necesitaba un lugar seguro desde el cual operar, y vivía allí bajo el nombre supuesto de David Motsamayi como trabajador con un mono azul empleado por el propietario para cuidar la granja.



El 11 de julio de 1963, la policía de seguridad allanó la finca y capturó a 19 miembros de la clandestinidad, acusándolos de sabotaje. Se estaban reuniendo en la habitación con techo de paja y quedaron atónitos por la redada.



George Mellis, el hijo pequeño del propietario del Rivonia Caravan Park, que se encuentra frente a la entrada de Winston Avenue que conduce a la granja, vio coches que iban y venían y gente de distintas razas reuniéndose y saludando. En esos días eso era lo suficientemente inusual como para que él se lo contara a su familia, y una serie de denuncias, coincidencias y rumores, y un delator en el ala militar, llevaron al allanamiento policial.



Los activistas ya habían decidido trasladarse a otro lugar seguro, y esta iba a ser la última reunión en la granja. Nelson Mandela ya estaba en prisión, cumpliendo una condena de varios años por delitos relativamente menores, habiendo sido arrestado el año anterior. La policía encontró documentos durante la redada que incriminaban a Mandela. Como resultado, fue acusado y llevado a juicio con los demás.



El juicio, que se desarrolló entre octubre de 1963 y junio de 1964, culminó con la imposición de cadenas perpetuas a ocho de los acusados.



La granja de Liliesleaf Farm ahora ha sido rodeada por la expansión gradual de los suburbios de Johannesburgo, pero el sitio histórico ha sido reabierto a los visitantes. Los edificios han sido restaurados a su condición anterior, y las exhibiciones visuales y audiovisuales recrean los dramáticos eventos que llevaron a la redada policial y la redada en sí.



La granja se conoce como "Liliesleaf" o "Lilliesleaf", con la grafía anterior utilizada en el sitio mismo.

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