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Bajo su techo se convirtió en el ilustre poeta Rafael Landívar. Fue fundada como ermita en 1565, donde se le conoce como San Felipe. Luego se acordó que cada año se visitaría en proceso solemne desde la Catedral.



Su patrón, San Sebastián, fue elegido para protegerlo de los daños que provocaban los constantes daños sísmicos.



Sin embargo, debido al difícil acceso al sitio original, se cambió a un nuevo sitio en Antigua Guatemala. Este templo fue afectado por un terremoto en 1689.



Después de varias obras de reconstrucción y de ser reconstruido, se convirtió en nuevo en 1692 con rango de parroquia.





La historia de los templos de Ciudad Colonial está marcada por la lucha y afán de su gente religiosa por mantener sus edificios. Muchos fueron los esfuerzos, pero a partir de una serie de combustibles telúricos en movimiento, es en 1773 que esta iglesia no supera la ronda final y la caída totalmente destruida.



El templo fue abandonado como indicaron las autoridades de la época. En la actualidad constituye un recuerdo de la noble labor que mantuvieron sus fieles para mantenerla útil a la comunidad.



Norte a un lado del Parque Central. Uno de los complejos más ignorados en el centro de La Antigua Guatemala.







Su atrio fue aprobado para la construcción de un parque con una fuente en el centro y rodeado de palmeras, ofrece un ambiente de óptima tranquilidad para disfrutar de una tarde de agradable charla o una atractiva lectura de un libro.



Por su ubicación y características, cada parque ofrece un entorno diferente a sus visitantes. Si el Parque Central ofrece música y algarabía a turistas nacionales y extranjeros, San Sebastián, también visitado, es la más tranquila y la mejor opción para conocer la ciudad.

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